La evidencia de verano ya se nota en la universidad. Pero eso no deja varados en la piscina a los compañeros de la Asamblea de Estudiantes de la UVa.

En plena época de matriculación lanzamos la campaña de información sobre la tarjeta de la UVa y su no-obligatoria cuenta en el Banco Santander. El objeto era informar de que no es necesario hacerse la cuenta para tener la tarjeta y todas sus ventajas, llamando la atención de la razón por la que esta cuenta existe. La banca y su proyecto campan a sus anchas por la universidad pública. Economía financiera no productiva, especulación con el bienestar y la supervivencia, mercadeo con armas y guerras…No ha hecho falta estos días contarle a la gente por qué este banco y sus negocios no son del agrado del movimiento estudiantil, todo el mundo nos tenemos bien sabida la lección con la banca. Como somos gente de bien, nuestro propósito no era crear ningún tipo de desconfianza en los mercados sino prevenir de la campaña de captación que este banco hace a las futuras estudiantes.

Durante los días de matriculación se han repartido cientos de panfletos(1) y se ha hablado con la gente que esperaba en las o bien largas, o bien inexistentes, colas de los negociados. Los grupos de reparto estaban conformados por estudiantes en un ambiente de juvenil jovialidad que en ocasiones se nublaba cuando la conversación versaba sobre precios de matrícula o el terrorismo fascista(2). Se conoce que no es la crisis financiera la que preocupa a esta juventud, tan falta de compromiso con el proyecto del euro, sino la crisis social que permite que un puñado de sátrapas imponga su miserable proyecto liberal aprovechando el momento de colapso social al que nos han conducido.

La respuesta popular ha sido diversa, pero en general ha sido de agradecimiento por la información dada. En especial por parte de padres que en anteriores campañas de matriculación ya les liaron la cabeza para que abrieran la cuenta. Las escasas reacciones negativas las hemos tenido por parte de algún asalariado del Santander que afirmaba que esta actividad les perjudicaba, sin entrar en detalles del cómo ni el por qué. Se nos sugirió ir a la casa de Botín a repartir los panfletos, pero somos mucho más humildes y nos basta con que Botín saque las manos de nuestras casas y universidades.

La reacción de las empresas de comunicación tampoco se ha hecho esperar. Según ellas, 6 policías(3) resultaron heridos durante el reparto aún con ausencia de incidentes. Desde aquí agradecemos su labor y su esfuerzo por crear y gestionar una opinión pública sin la que nuestra labor sería sumamente complicada al tener que enfrentarnos a reaccionarios con ideas propias y no con el discurso plano que ustedes suministran.

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