lunes, 29 de octubre de 2012

[Crónica] Los estudiantes consiguen frenar el acto de inauguración de la nueva facultad inacabada

Los estudiantes de la Universidad de Valladolid hemos conseguido paralizar el acto de inauguración de la nueva Facultad de Ciencias y el Aulario que iba a tener lugar el pasado jueves 25 a las doce de la mañana. El acto finalizó a los diez minutos de su comienzo, gracias a la unión entre alumnos y profesores indignados por las condiciones en las que el centro se inaugura. 

Aunque el rector, Marcos Sacristán, y el séquito de políticos que le acompañaban a hacerse la foto con él, consiguieron evitar al “comité de bienvenida” que esperaba en la puerta principal entrando por una puerta lateral, no pudieron librarse de las críticas de los miembros de la comunidad educativa allí presentes. 

Una vez más se ha demostrado que la unión crea la fuerza necesaria para hacer frente a las injusticias. Así, al medio centenar de estudiantes que se hicieron con el acto ocupando el Aula Magna donde éste se celebraba, se unieron profesores de ciencias, miembros de sindicatos de educación e incluso el personal de mantenimiento del nuevo centro.

Los estudiantes consiguieron centrar la atención de la jornada mediante la colocación en el estrado - donde se encontraban, entre otros, el propio rector y el consejero de Educación Juan José Mateos - de una pancarta con el lema “si el gobierno no escucha, los estudiantes se rebelan”, pancarta que pasó por encima de las cabezas de otras de las autoridades que asistieron al acto y que se sentaban en primera fila, como el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, y el subdelegado del gobierno, Juan Antonio Martínez Bermejo. 

Tal y como nos tienen acostumbrados en los últimos tiempos, en el acto había más autoridades políticas que personal de la universidad, algo que fue criticado por los alumnos que asistieron al acto dejando patente la existencia de “muchas corbatas y muy poca vergüenza”. Sin embargo muchos de los que han de disfrutar de las nuevas instalaciones se encontraban en ese mismo acto detrás de la pancarta, muestra de los defectos de las nuevas instalaciones del centro. 

Por otra parte, la placa conmemorativa de inauguración fue sustituida por mensajes mucho más apropiados como “la universidad no es un gasto , es una inversión”, “primero acabadla, después inauguradla” o “la universidad no es un botín” entre otros. Además algunos alumnos de los miembros de la comunidad estudiantil que asistieron al acto dejaron también plasmadas sus críticas mediante la colocación de pancartas en la barandilla de cristal que se encontraba sobre la dicha placa en el segundo piso.

De esta manera quedó suspendida la inauguración de unos edificios que inician su andadura entre las críticas de los que utilizan diariamente sus instalaciones. Así algunos alumnos de la Facultad de Ciencias criticaron que hasta hacía una semana no había sillas en las salas de estudio, ni en la biblioteca; que no existen papeleras por los pasillos y que las escaleras metálicas que dan acceso a la biblioteca suenan incluso con deportivas en un sitio donde lo que se supone que se necesita es silencio para poder trabajar. Algunas de las aulas cuentan con unas pizarras tan excelentes que sólo los alumnos que se sienten en las primeras filas serán capaces de ver lo que en ellas se escribe. Además este año, exceptuando a los alumnos de quinto, los estudiantes del grado de Química han tenido que empezar el curso una semana más tarde porque no había sillas en las aulas, e incluso muchos de ellos siguen aún en la vieja facultad llena hoy de muebles inservibles por los pasillos. Por su parte, algunos de los alumnos de quinto de carrera de esta misma titulación, no pueden todavía realizar sus prácticas en laboratorios porque éstos aún no están instalados o siguen sin el equipo suficiente para ser utilizados. Parece que el estado de la Facultad no interesaba tanto a los políticos que asistieron al acto de inauguración como hacerse la foto. 

Este hecho además se lleva a cabo en un momento en el que las matrículas han aumentado sus tasas de tal manera que muchos estudiantes no son capaces de pagarse un curso entero, las becas se han recortado, como las becas de colaboración de la Universidad de Valladolid que por el momento han quedado suspendidas. Recordemos también que se ha despedido masivamente a profesores adjuntos de la institución con la excusa de que no había dinero suficiente como para mantener sus puestos de trabajo, y todo eso mientras el número de catedráticos va aumentando. Por todo ello la Asamblea de Estudiantes de la Uva hizo ayer todo lo posible por mostrar al rector Marcos Sacristán su descontento por su mala gestión y su falta de defensa de los intereses de la comunidad educativa a la que representa.

Muchos medios de comunicación han destacado que en mitad del acto el rector intentó pactar una entrevista con los estudiantes para el próximo lunes, y que incluso les dio la palabra para que estos hicieran públicas sus reclamaciones. Sin embargo hemos de explicar aquí que desde la Asamblea de Estudiantes de la UVa no se cree las supuestas buenas intenciones que el rector tiene con los estudiantes delante de los medios de comunicación, ya que se conocen bien las tretas de Sacristán para quedar bien con todos y con nadie, con compromisos con su alumnado al que constantemente falla y miente.
Él mismo aseguró a la prensa , al finalizar el acto, que no se dejará avasallar.
Desde luego los acontecimientos de ayer dejan bien claro que los alumnos tampoco se dejarán engañar.

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